La pandemia COVID 19 ha generado cambios sin precedentes en cómo vivimos, trabajamos, socializamos o aprendemos. Obligándonos a replantear, entre otros, la función de los edificios a los que ya no tenemos necesidad de acudir para realizar estas actividades. Y creando la oportunidad de adaptar estos espacios a la nueva realidad.
¿Y si replanteáramos su propósito para preservar nuestro pasado y construir nuestro futuro?

El Covid desaparecerá paulatinamente, aunque seguiremos notando sus efectos durante algún tiempo. Un beneficio a largo plazo podría ser el reducir la necesidad de espacio en el que vivir y trabajar. Pudiendo contribuir a mejorar nuestra sociedad y el medioambiente.

Mejorando la sociedad

La nueva realidad ha traído consigo aspectos positivos. Dado que algunas profesiones nos permitirán trabajar desde casa y gestionar de forma más sencilla trabajo y hogar, se generará un cambio en el uso que damos a los espacios no sólo de trabajo, sino también de aquellos directa e indirectamente relacionados. Lo que impactará no sólo en la supervivencia de los edificios de oficinas. También en aquellos constituidos por las redes de espacios comerciales que giran alrededor de ellos.

El nuevo escenario plantea la oportunidad de darles un uso social. Estos espacios comerciales vacíos podrían reutilizarse como viviendas para alquileres sociales que dieran apoyo a la comunidad. Proporcionando una alternativa a los actuales alquileres y viviendas familiares. Pudiéndose, además, integrar en el nuevo modelo híbrido de operaciones trabajo-hogar. Posible nuevo destino de las familias que decidan convertirlo en su normalidad.

Sería una forma de contribuir a la satisfacción de una necesidad básica, dignificando el propósito de dichos edificios y la vida de las personas. Gracias a su amplitud, apertura y luminosidad, estos espacios podrían albergar hogares de forma sencilla: Paredes divisorias para crear ambientes; Suministro a partir de sus servicios y sistemas; Y ergonomía.

Mejorando el medio ambiente

El hecho de replantear el rol de los edificios, favorece la protección del medioambiente. Su reutilización minimiza la necesidad de nuevos materiales, contribuyendo a conservar los recursos naturales. Y a disminuir la emisión de gases de carbono, los cuales provienen en gran parte del sector de la construcción, su mantenimiento y el consumo de dichos materiales.

Nuevos tiempos.
Nuevas soluciones.
Nuevas oportunidades para mejorar nuestro presente.

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Arquitectura Adaptativa:  Dando una segunda vida a los edificios